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"Soy un hombre de armas, un soldado, scout. Paradójicamente, al único de mi especie que admiro, empuñó solamente la palabra, su técnica fue la humildad, su táctica la paciencia y la estrategia que le dio su mayor victoria fue dejarse clavar en una cruz por aquellos que amaba".

“Espíritu Santo, inspírame lo que debo pensar, lo que debo decir, lo que debo callar, lo que debo escribir, lo que debo hacer, como debo obrar, para el bien de los hombres, de la iglesia y el triunfo de Jesucristo”.

Desde La Trinchera Del Buen Combate en Argentina. Un Abrazo en Dios y La Patria.

13 de enero de 2019

BAUTISMO de Cristo (Mt 3, 13-15). Solemnidad Domingo que sigue a la de Epifanía.

Bautismo de Jesús. Vincent Delieuvin; Jean Habert (2009) Titien, Tintoret, Véronèse... Rivalités à Venise, París: Hazan, p. 375
El Bautismo de Jesús es un episodio en la vida de Jesús de Nazaret que aparece relatado en el Nuevo Testamento, y con él se inicia su ministerio público.1 Lo mencionan los cuatro Evangelistas: Mt 3,13-17; Mc 1,9-11; Lc 3,21-22; Jn 1,29-34.2 Los evangelios canónicos narran que Jesús llega a la orilla del río Jordán procedente de Galilea, y allí pide a su primo Juan que le bautice. Juan protesta y dice que es él quien debiera ser bautizado por Jesús. Jesús le responde:
«Déjame ahora, pues conviene que así cumplamos toda justicia.» Evangelio de Mateo 3,15
Bautismo de Jesús. Verrocchio, h. 1475-1478 - Galería Uffizi, FlorenciaItalia.
Juan procede y el Espíritu de Dios desciende sobre Jesús, al tiempo que una voz decía:
«Este es mi Hijo amado, en quien me complazco.» Evangelio de Mateo 3,17
Bautismo de Jesús. Piero della Francesca, h. 1450 - National Gallery de Londres.
Dado que el bautismo de Jesús por Juan el Bautista es coronado por la bajada del Espíritu Santo y la proclamación de Dios Padre de la filiación divina de Jesús, los cristianos consideraron esta escena como una manifestación o teofanía del misterio de la Santísima Trinidad. La Iglesia católica la conmemora bajo el nombre de Fiesta del Bautismo del Señor después de la solemnidad de Epifanía, y con ella finaliza el ciclo o tiempo de Navidad.
Es también el domingo que da paso al tiempo durante el año, llamado también tiempo ordinario.
Ordinario no significa de poca importancia, anodino, insulso, incoloro. Sencillamente, con este nombre se le quiere distinguir de los “tiempos fuertes”, que son el ciclo de Pascua y el de Navidad con su preparación y su prolongación.
Es el tiempo más antiguo de la organización del año cristiano. Y además, ocupa la mayor parte del año: 33 ó 34 semanas, de las 52 que hay.
Bautismo de Jesús. Juan Fernández de Navarrete, "El Mudo" (1526-1579)
Cuando Cristo se metió en la cola para esperar su turno de ser bautizado, seguramente San Juan Bautista no sabía que hacer. Llegó el Mesías delante de él y pidió el bautismo. El Bautista exclamó: “Soy yo el que necesita ser bautizado por ti, ¿tú vienes a mí?” (Mt 3,14). El Catecismo hace referencia a esta actitud humilde de Cristo en el n.536.
El bautismo de Cristo (1482). Pietro Perugino 
[Cappella Sistina, Vatican]. (Créditos fotográficos: WGA)

HAY UNA DIFERENCIA IMPORTANTE ENTRE LOS DOS BAUTISMOS.

El de Juan

  • Con agua, exterior, signo de arrepentimiento para el perdón de los pecados.
El bautismo de Cristo (1655). Murillo 
[Staatliche Museen, Berlin]. (Créditos fotográficos: CC-BY-SA)

El de JESÚS

  • Con Espíritu Santo, renovación interior que nos hace "partícipes de la naturaleza divina”
"No soy digno ni siquiera de desatar la correa de su sandalia..." trabajo reservado al más inútil de los esclavos... Juan destaca la infinita distancia entre él y Jesús...
El bautismo de Cristo (1625). Pieter de Grebber 
[St Stephanus Church, Beckum] (Créditos fotográficos: WGA)

¿PORQUÉ ENTONCES JESÚS SE HACE BAUTIZAR POR JUAN? [es una escena tan impresionante, que podría resultar incomprensible, y hasta escandalosa]...

Pero admitámoslo, y descubramos nuevamente el "modo" que Dios emplea para salvarnos: hoy se pone en la fila de los pecadores, y aunque no lo necesitaba, se somete también a un bautismo de penitencia... Se ha hecho semejante a nosotros en todo, y por eso no se avergüenza de colocarse en la fila de aquellos que se preparaban para la llegada del Reino de Dios... así como tampoco se avergonzó de nosotros cuando tomó sobre sí todos nuestros pecados, y subió a la Cruz como si fuese un delincuente...
El bautismo de Cristo (1623). Guido Reni 
[Kunsthistorisches Museum, Vienna] (Créditos fotográficos: WGA)
Pero el bautismo que recibió Jesús fue muy "especial": ciertos hechos nos indican que con Él comienza un nuevo bautismo:
El cielo abierto (ya nunca más cerrado por los pecados, como hasta este momento) Es decir, comienza una nueva etapa de relación entre Dios y los hombres: 
El Cielo viene a nosotros, y nosotros vamos allá: viene con Cristo y el Espíritu Santo. Llega todo, porque Dios mismo viene, y Él será para nosotros y nos dará todo. Estamos frente al comienzo de una nueva humanidad, divinizada.
El bautismo de Cristo. Juan Fernández Navarrete
Museo del Prado. Madrid
En la proposición que San Marcos hace en su Evangelio, el Padre no "presenta" a su Hijo (“Éste es mi Hijo amado”), sino que se dirige a Él (“Tú eres mi Hijo...”)
Cristo nos representa a todos, que desde ese momento pasamos a ser hijos amados, complacencia del Padre... Cuando somos bautizados, esta vocación eterna se verifica efectivamente, verdaderamente: somos una nueva creación. Por lo tanto, nuestra dignidad, nuestra gloria, y nuestro compromiso pasa por VIVIR NUESTRO BAUTISMO...
 El papa Francisco a orillas del río donde bautizaron a Jesús en Betania. 
Foto: EFE

A ORILLAS DEL JORDÁN

Betania de Transjordania es el enclave bíblico más importante del Reino Hachemita de Jordania, y el el quinto lugar del país que recibe esta importante distinción que lo privilegia como lugar de destino turístico y espiritual. San Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco lo han visitado.
Durante su peregrinación a Tierra Santa en mayo de 2014, Francisco visitó las aguas del Jordán en Betania.


El lugar preciso donde fue bautizado Jesucristo es objeto de discusión por los especialistas, pero no así la zona junto al Jordán.

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 3, 13-17
En aquel tiempo, Jesús llegó de Galilea al río Jordán y le pidió a Juan que lo bautizara. Pero Juan se resistía, diciendo:
"Yo soy quien debe ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a que yo te bautice?"
Jesús le respondió:
"Haz ahora lo que te digo, porque es necesario que así cumplamos todo lo que Dios quiere". 
Entonces Juan accedió a bautizarlo. Al salir Jesús del agua, una vez bautizado, se abrieron los cielos y vio al Espíritu de Dios, que descendía sobre él en forma de paloma y oyó una voz que decía, desde el cielo:
"Este es mi Hijo muy amado, en quien tengo mis complacencias".

MEDITACIÓN - Domingo después de Epifanía - El Bautismo del Señor.

EL SEÑOR ES BAUTIZADO. NUESTRO BAUTISMO

— Jesús quiso ser bautizado. Institución del Bautismo cristiano. Agradecimiento.
— Efectos del Bautismo: limpia el pecado original, nueva vida, filiación divina, etcétera.
— Incorporación a la Iglesia. Llamada a la santidad y al apostolado. Bautismo de los niños.

— Jesús quiso ser bautizado. Institución del Bautismo cristiano. Agradecimiento.

I. Inmediatamente después de ser bautizado, Jesús salió del agua y he aquí que se le abrieron los Cielos y vio al espíritu de Dios que descendía en forma de paloma y venía sobre él. Y una voz del Cielo que decía: Este es mi hijo, el amado, en quien me he complacido1.

En la solemnidad de hoy conmemoramos el bautismo de Jesús por San Juan Bautista en las aguas del río Jordán. Sin tener mancha alguna que purificar, quiso someterse a este rito de la misma manera que se sometió a las demás observancias legales, que tampoco le obligaban. Al hacerse hombre, se sujetó a las leyes que rigen la vida humana y a las que regían en el pueblo israelita, elegido por Dios para preparar la venida de nuestro Redentor. Juan cumplió, con energía, la misión de profetizar y suscitar un gran movimiento de penitencia como preparación inmediata al reino mesiánico.

El Señor deseó ser bautizado, dice San Agustín, «para proclamar con su humildad lo que para nosotros era necesidad»2.

Con el bautismo de Jesús quedó preparado el Bautismo cristiano, que fue directamente instituido por Jesucristo con la determinación progresiva de sus elementos, y lo impuso como ley universal el día de su Ascensión: Me fue dado todo poder en el Cielo y en la tierra, dirá el Señor; id, pues, y enseñad a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo3.

En el Bautismo recibimos la fe y la gracia. El día en que fuimos bautizados fue el más importante de nuestra vida. De igual modo que «la tierra árida no da fruto si no recibe el agua, así también nosotros, que éramos como un leño seco, nunca hubiéramos dado frutos de vida sin esta lluvia gratuita de lo alto»4. Nos encontrábamos, antes de recibir el Bautismo, con la puerta del Cielo cerrada y sin ninguna posibilidad de dar el más pequeño fruto sobrenatural.

Hoy nuestra oración nos puede ayudar a dar gracias por haber recibido este don inmerecido y para alegrarnos por tantos bienes como Dios nos concedió. «La gratitud es el primer sentimiento que debe nacer en nosotros de la gracia bautismal; el segundo es el gozo. Jamás deberíamos pensar en nuestro bautismo sin un profundo sentimiento de alegría interior»5.

Hemos de agradecer la purificación de nuestra alma de la mancha del pecado original, y de cualquier otro pecado si lo hubo, en el momento de recibir el Bautismo. Todos los hombres somos miembros de la familia humana que en su origen fue dañada por el pecado de nuestros primeros padres. Este «pecado original se transmite juntamente con la naturaleza humana, por propagación, no por imitación, y se halla como propio en cada uno»6. Pero Jesús dotó al Bautismo de una especialísima eficacia para purificar la naturaleza humana y liberarla de ese pecado con el que hemos nacido. El agua bautismal significa y opera de un modo real lo que el agua natural evoca: la limpieza y la purificación de toda mancha e impureza»7.

«Gracias al sacramento del bautismo te has convertido en templo del Espíritu Santo: no se te ocurra –nos exhorta San León Magno– ahuyentar con tus malas acciones a tan noble huésped, ni volver a someterte a la servidumbre del demonio: porque tu precio es la sangre de Cristo»8.

— Efectos del Bautismo: limpia el pecado original, nueva vida, filiación divina, etcétera.
II. Dios todopoderoso y eterno, que en el bautismo de Cristo en el Jordán quisiste revelar solemnemente que él era tu Hijo amado enviándole tu Espíritu Santo: concede a tus hijos de adopción, renacidos del agua y del Espíritu Santo, la perseverancia continua en el cumplimiento de tu voluntad9.

El Bautismo nos inició en la vida cristiana. Fue un verdadero nacimiento a la vida sobrenatural. Es la nueva vida que predicaron los Apóstoles y de la que habló Jesús a Nicodemo: En verdad te digo que quien no naciera de arriba no podrá entrar en el reino de Dios... Lo que nace de la carne, carne es; pero lo que nace del Espíritu, es espíritu10.

El resultado de esta nueva vida es cierta divinización del hombre y la capacidad de producir frutos sobrenaturales.

La dignidad del bautizado está como velada muchas veces, por desgracia, en la existencia ordinaria; por eso nosotros, al igual que hicieron los santos, hemos de esforzarnos en vivir conforme a esa dignidad.

Nuestra más alta dignidad, la condición de hijos de Dios, que se nos comunica en el Bautismo, es consecuencia de la nueva generación. Si la generación humana da como resultado la «paternidad» y la «filiación», de modo semejante aquellos que son engendrados por Dios son realmente hijos suyos: Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos realmente! Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos...11.

En el momento del Bautismo, por la efusión del Espíritu Santo, se produce el milagro de un nuevo nacimiento. El agua bautismal se bendice en la noche de Pascua y en la oración se pide: Así como el Espíritu Santo descendió sobre María y produjo en Ella el nacimiento de Cristo, así descienda Él sobre su Iglesia y produzca en su claustro materno (la pila bautismal) el renacer de los hijos de Dios.

A esta expresión tan gráfica corresponde esta profunda realidad: el bautizado renace a una nueva vida, a la vida de Dios, por eso es su «hijo». Y si somos hijos, también somos herederos, herederos de Dios y coherederos con Cristo12.

Demos muchas gracias a nuestro Padre Dios que ha querido dones tan inconmensurables, tan fuera de toda medida, para cada uno de nosotros. ¡Qué gran bien nos puede hacer el considerar frecuentemente estas realidades! «Padre –me decía aquel muchachote (¿qué habrá sido de él?), buen estudiante de la Central–, pensaba en lo que usted me dijo... ¡que soy hijo de Dios!, y me sorprendí por la calle, “engallado” el cuerpo y soberbio por dentro... ¡hijo de Dios!

»Le aconsejé, con segura conciencia, fomentar la “soberbia”»13.

— Incorporación a la Iglesia. Llamada a la santidad y al apostolado. Bautismo de los niños.
III. En la Iglesia nadie es un cristiano aislado. A partir del Bautismo, el cristiano forma parte de un pueblo, y la Iglesia se le presenta como la verdadera familia de los hijos de Dios. «Fue voluntad de Dios el santificar y salvar a los hombres, no aisladamente, sin conexión alguna de unos con otros, sino constituyendo un pueblo que le confesara en verdad y le sirviera santamente»14. Y el Bautismo es la puerta por donde se entra a la Iglesia15.

«Y en la Iglesia, precisamente por el bautismo, somos llamados todos a la santidad»16, cada uno en su propio estado y condición, y a ejercer el apostolado. «La llamada a la santidad y la consiguiente exigencia de santificación personal, es universal: todos, sacerdotes y laicos, estamos llamados a la santidad, y todos hemos recibido, con el bautismo, las primicias de esa vida espiritual que, por su misma naturaleza, tiende a la plenitud»17.

Otra verdad íntimamente unida a esta condición de miembro de la Iglesia es la del carácter sacramental, «un cierto signo espiritual e indeleble» impreso en el alma18. Es como el resello de posesión de Cristo sobre el alma del bautizado. Cristo tomó posesión de nuestra alma en el momento de ser bautizado. Él nos rescató del pecado con su Pasión y Muerte.

Con estas consideraciones comprendemos bien el deseo de la Iglesia de que los niños reciban pronto estos dones de Dios19. Desde siempre ha urgido a los padres para que bauticen a sus hijos cuanto antes. Es una muestra práctica de fe. No se atenta a su libertad, como no se les causó agravio alguno por darles la vida natural, ni por alimentarles, limpiarles y curarles, cuando no podían ellos pedir estos bienes. Por el contrario, tienen derecho a recibir esa gracia. ¡Qué buen apostolado habremos de hacer en muchos casos!: con amigos, compañeros, conocidos...

En el caso del Bautismo está en juego algo infinitamente mayor que ningún otro bien: la gracia y la fe; quizá, la salvación eterna. Solo por ignorancia y por una fe dormida se puede explicar que muchos niños queden privados, por sus propios padres ya cristianos, del mayor don de su vida. Nuestra oración se dirige a Dios hoy, para que no permita que esto suceda.

Hemos de agradecer a nuestros padres que, quizá a los pocos días de nacer, nos llevaran a recibir este santo sacramento.

1 Mt 3, 16-17. — 2 San Agustín, Sermón, 51, 33. — 3 Mt 28, 13. — 4 San Ireneo, Trat. contra las herejías, 3, 17. — 5 Columba Marmion, Le Christ, vie de l’ame, Abbaye de Maredsous, 1933, pp. 186 y 203-204. — 6 Pablo VI, Credo del Pueblo de Dios, Roma 1967, 16. — 7 Cfr. 1 Cor 6, 11; Jn 3, 3-6. — 8 San León Magno, Homilía de Navidad, 3. — 9 Oración colecta de la Misa. — 10 Jn 3, 3-6. — 11 Cfr. 1 Jn 3, 1-9. — 12 Cfr. Rom 8, 14-17. — 13 San Josemaría Escrivá, Camino, n. 274. — 14 Conc. Vat. II, Const. Lumen gentium, 9. — 15 Cfr. ídem, Const. Lumen gentium, 14; Decr. Ad Gentes, 7. — 16 Cfr. ídem, Const. Lumen gentium, 11 y 42. — 17 A. del Portillo, Escritos sobre el sacerdocio, Ed. Palabra, 5ª ed. 1979, p. 111. — 18 Dz 852. — 19 S. C. para la Doctrina de la Fe, Instrucción, 20-X-1980; Cfr. Código de Derecho Canónico, canon 867.
El bautismo de Cristo. Andrea Sansovino

EL LUGAR DEL BAUTISMO DE JESÚS: ES PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD

La Unesco ha designado oficialmente la ubicación del bautismo de Jesucristo como Patrimonio de la Humanidad. 
El 2 de febrero de 2016 designó a la orilla oriental del río Jordán (jordania), optando por sobre la pretensión israelí de Qasr al-Yehud. 
Sin embargo los arqueólogos dicen que no se sabe si la ubicación exacta cae en el lado jordano o israelí del río.
El PAPA Francisco en el lugar del Bautismo de Jesús. Durante su peregrinación a Tierra Santa en mayo de 2014, Francisco visitó las aguas del Jordán en Betania.

Dos naciones no cristianas, Israel y Jordania compiten a quien tiene el lugar donde fue bautizado Jesús por Juan el Bautista.
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El 12 de julio de 2011 Israel abrió al público “Qasr al-Yehud”, el sitio bautismal de Jesús que se encuentra en la ribera occidental del río Jordán.

Mientras que los jordanos reivindican el sitio en la ribera oriental del río Jordán, que parecería tener los favores de la Iglesia católica porque lo visitaron Juan Pablo II, Benedicto XVI y ahora Francisco. 

El río Jordán es como una grieta verde que con la vegetación de sus riberas rompe la monotonía ocre del desierto de Judea.
Atravesándolo de norte a sur desde el mar de Galilea hasta el mar Muerto, y marcando la línea fronteriza entre Israel, los territorios palestinos y Jordania.
Unos kilómetros antes de desembocar en el mar Muerto se encuentra el lugar del bautismo de Jesús.

Según algunos estudiosos, se trata del tercer santuario para el mundo cristiano, luego de la Iglesia del Santo Sepulcro, en Jerusalén, y la Basílica de la Natividad, en Belén.
En una reunión celebrada en París en febrero de 2016 la Unesco hizo la declaración de Patrimonio de la Humanidad.

En la ceremonia de proclamación oficial estuvo presente una delegación del Reino Hachemita de Jordania, refiriéndose que se trata de un país “tranquilo y seguro, en medio de un Oriente Medio en llamas”, en un evindente mensaje al turismo internacional.
El lugar preciso donde fue bautizado Jesucristo es objeto de discusión por los especialistas, pero no así la zona junto al Jordán.

UNA DISPUTA POLÍTICA Y TURÍSTICA

Associated Press informó que aunque la agencia cultural de la ONU declaró a la ribera oriental del Jordán como el sitio real del bautismo de Jesús, y aunque la mayoría de las iglesias cristianas creen que el lado jordano sea la ubicación del bautismo de Jesús por Juan, como se encuentra en Mateo 3 y otros pasajes, los eruditos dicen que no hay manera de estar seguro qué lado del río fue el lugar preciso.

Jodi Magness, arqueólogo de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, dijo que la decisión de la UNESCO “no tiene nada que ver con la realidad arqueológica.”
El lugar preciso donde fue bautizado Jesucristo es objeto de discusión por los especialistas, pero no así la zona junto al Jordán.
Tanto Israel como Jordania compiten por el turismo de su lado del río Jordán, y podría muy bien ser afectado por la decisión de la UNESCO.
El Wall Street Journal dijo en un informe la semana pasada que Israel y los territorios palestinos han estado disfrutando de fuerte turismo basado en la religión en los últimos años a pesar de los ataques terroristas en todo el Oriente Medio y la región circundante.
Los cristianos representan un número significativo de turistas, representaron el 56 por ciento de todo el turismo a Israel en 2014.

El sitio israelí del bautismo atrae a multitudes más grandes que el homólogo jordano, con funcionarios israelíes informando que medio millón de turistas visitaron su sitio el año pasado, frente a decenas de miles de personas en Jordania.

Sin embargo el lado jordano ha recibido el respaldo de los católicos romanos, griegos ortodoxos y luteranos, y tres papas han visitado desde el año 2000.
El papa Francisco a orillas del río donde bautizaron a Jesús en Betania. 
Foto: EFE

BETANIA EN TRANSJORDANIA

El lugar de Jordania está a 40 kilómetros de Ammán, en la ribera oriental del río Jordán.
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Y fue desarrollado por esta nación en 1997
 tras el acuerdo de paz con Israel, en 1994, después de 50 años de hostilidades.

Entre las iglesias que han reconocido ya este lugar están la Anglicana, la Luterana, la Ortodoxa Copta de Egipto y la Ortodoxa de Jerusalén.


El lugar preciso donde fue bautizado Jesucristo es objeto de discusión por los especialistas, pero no así la zona junto al Jordán.
En la actualidad se están construyendo 13 iglesias y monasterios, pertenecientes a diferentes ramas del cristianismo, en un área de 10 kilómetros cuadrados en el Lugar del Bautismo.
Benedicto XVI, en su visita en 2009, puso la primera piedra para dos iglesias en este sitio, una de la Iglesia Católica Griega y otra de la Iglesia Católica Romana.
Hasta hace poco, visitar este lugar no era posible, pues era una zona militarizada: el río marca la frontera entre Jordania e Israel.
Hoy, sin embargo, la zona está abierta al público y habilitada para el acceso de peregrinos, aunque sigue habiendo soldados jordanos a poco más de un tiro de piedra de los soldados israelíes en la orilla de enfrente.


El PAPA Francisco en el lugar del Bautismo de Jesús. Durante su peregrinación a Tierra Santa en mayo de 2014, Francisco visitó las aguas del Jordán en Betania.
A diferencia del lado israelí, en la orilla jordana podemos encontrar lo que parecen ser multitud de restos arqueológicos que demuestran que “su” lugar del bautismo, en Betania de Transjordania, fue un punto de peregrinación cristiana desde los comienzos del cristianismo.

Betania de Transjordania ya era un lugar santo antes de los tiempos de Jesús.
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En esta área se encuentra la llamada colina de Elías, donde la tradición sitúa el punto donde Elías subió al cielo en un carro de fuego.
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Por eso no es coincidencia que fuera aquí donde bautizaba Juan el Bautista.

En las excavaciones arqueológicas emprendidas desde mediados de los años noventa del siglo XX, se han encontrado restos de cinco iglesias bizantinas construidas a partir del siglo V, como la de san Juan el Bautista, construida en tiempos del emperador Anastasio (491-518 d.C.).
De ella parte una escalera de piedra que desciende hasta una piscina que recibe agua del Jordán, donde los peregrinos se sumergían para recibir el bautismo.
En las cercanías de estas cinco iglesias podemos encontrar otras piscinas bautismales y cuevas en las que vivían los ermitaños.
El lugar preciso donde fue bautizado Jesucristo es objeto de discusión por los especialistas, pero no así la zona junto al Jordán.
También san Juan Bautista vivía en una cueva excavada en la piedra, muy cerca de la colina de Elías.
La cueva de san Juan Bautista, a la que con frecuencia acudía Jesús, se ha podido identificar gracias a los restos de una iglesia bizantina construida junto a ella en el siglo V y cuyo ábside está curiosamente excavado en la roca.
La iglesia, la primera construida al Este del río Jordán, pertenecía a un conjunto monástico del que formaban parte otras iglesias, un de las cuales ha recibido recientemente el nombre del Papa Juan Pablo II.
El papa Francisco a orillas del río donde bautizaron a Jesús en Betania. 
Foto: EFE
Fuente:
http://es.catholic.net/op/articulos/18182/cat/725/bautismo-del-senor.html#
http://www.iesvs.org/
http://www.fundaciontierrasanta.es/el-lugar-donde-el-precursor-san-juan-bautista-bautizo-a-jesus-88.htm
http://forosdelavirgen.org/29340/israel-y-jordania-se-disputan-el-verdadero-lugar-donde-juan-bautista-bautizo-a-jesus/

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