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"Soy un hombre de armas, un soldado, scout. Paradójicamente, al único de mi especie que admiro, empuñó solamente la palabra, su técnica fue la humildad, su táctica la paciencia y la estrategia que le dio su mayor victoria fue dejarse clavar en una cruz por aquellos que amaba".

“Espíritu Santo, inspírame lo que debo pensar, lo que debo decir, lo que debo callar, lo que debo escribir, lo que debo hacer, como debo obrar, para el bien de los hombres, de la iglesia y el triunfo de Jesucristo”.

Desde La Trinchera Del Buen Combate en Argentina. Un Abrazo en Dios y La Patria.

17 de septiembre de 2019

SANTA HILDEGARDA DE BINGEN DOCTORA DE LA IGLESIA (1098-1179). Fiesta 17 de Septiembre.

Escultura que representa a Santa Hildegarda, en la iglesia parroquial que lleva su nombre, en Eibingen (Alemania). De artista desconocido, la obra incorpora bellamente los símbolos con que se la identifica: cruz pectoral,pluma, y libro.
El alfabeto de Hildegarda de Bingen, Littere ignote, que usó para su lengua Lingua ignota.
ES CONOCIDA COMO LA SIBILA DEL RIN Y COMO LA PROFETISA TEUTÓNICA. EL 7 DE OCTUBRE DE 2012 EL PAPA BENEDICTO XVI LE OTORGÓ EL TÍTULO DE DOCTORA DE LA IGLESIA JUNTO A SAN JUAN DE ÁVILA DURANTE LA MISA DE APERTURA DE LA XIII ASAMBLEA GENERAL ORDINARIA DEL SÍNODO DE LOS OBISPOS.1
El Riesencodex conservado en la biblioteca de la Hochschule de Rhein-Main
CONSIDERADA POR LOS ESPECIALISTAS ACTUALES COMO UNA DE LAS PERSONALIDADES MÁS FASCINANTES Y POLIFACÉTICAS DEL OCCIDENTE EUROPEO.
Se la definió entre las mujeres más influyentes de la Baja Edad Media,2 entre las figuras más ilustres del monacato femenino y quizá la que mejor ejemplificó el ideal benedictino,3 dotada de una cultura fuera de lo común, comprometida también en la reforma de la Iglesia,4 y una de las escritoras de mayor producción de su tiempo.5 
Santa Hildegarda y su comunidad de monjas en una miniatura del siglo XIII.
En expresión de Victoria Cirlot (Victoria Cirlot Valenzuela (Barcelona, 1955) es una estudiosa española de la cultura y literatura medieval, filóloga, traductora y editora.)
  • «[...] atravesando el muro de los tiempos han quedado sus palabras, incluso su sonido, y las imágenes de sus visiones».6
DE LA LAVANDA
La lavanda es caliente y seca, ya que tiene un poco de savia. No sirve al hombre para comer no obstante que tiene un fuerte olor. El hombre que tiene muchos piojos, si huele lavanda frecuentemente los piojos morirán. Su olor clarifica los ojos, porque contiene en sí las virtudes de las especias más fuertes y de las más amargas. Por eso, también, aleja muchísimas cosas malas y los espíritus malignos salen aterrorizados por ella. —Hildegarda de Bingen - Physica, Libro I, Cap. XXXV - (Migne, PL. CXCVII, 1143)
Las escalofriantes profecías de Hildegarda von Bingen
https://www.youtube.com/watch?v=0PstiAKfwgM
DOCTORA DE LA IGLESIA
Martirologio Romano: En el monasterio de monte San Ruperto (hoy Rupertsberg), cerca de Bingen, en Hesse, santa Hildegardis, virgen, que expuso y describió piadosamente en libros sus conocimientos experimentales, tanto sobre ciencias naturales, médicas y musicales, como de contemplación mística († 1179)
Etimología: Hildegarda = guerrera vigilante. Viene de la lengua alemana.
Fecha de canonización: Su culto fue ratificado por el Papa Benedicto XVI el 10 de mayo de 2012.
Breve Biografía
Nacida en Böckelheim sobre el Nahe en el año 1098; muerta en Rupertsberg cerca a Bingen en el 1179; su fiesta se celebra el 17 de septiembre.
Es desconocido el apellido de la familia de esta gran vidente y profetiza, llamada la Sibila del Rin. Los primeros biógrafos dan a sus padres los nombres de Hildeberto y Matilde (o Matilda), hablan de su nobleza y opulencia, pero no dan ningún detalle de sus vidas. Escritores posteriores la llaman Santa Hildegarda de Böckelheim, de Rupertsberg, o de Bingen.
Hildegarda de Bingen O.S.B.
Hildegard von Bingen.jpg
Protestificatio de Scivias, Fol. 1, Facsímil de Eibingen del códice de Ruperstberg.
Santa y fundadora
Sibila del Rin — Profetisa teutónica
Proclamada Doctora de la Iglesia el 7 de octubre de 2012 por el papa Benedicto XVI

Nombre
Hildegard von Bingen

Nacimiento
1098
Bermersheim vor der Höhe,
Banner of the Holy Roman Emperor with haloes (1400-1806).svg Sacro Imperio Romano Germánico

Fallecimiento
17 de septiembre de 1179
BingenBanner of the Holy Roman Emperor with haloes (1400-1806).svg Sacro Imperio Romano Germánico

Venerada en
Iglesia católica
Comunión anglicana

Canonización
Por extensión de su culto litúrgico a la Iglesia universal, el 10 de mayo de 2012 (canonización equivalente) por parte deBenedicto XVI

Principal Santuario
Abadía de Eibingen, Alemania

Festividad
17 de septiembre

Atributos
Hábito benedictino
cruz pectoral
pluma
libro

Patronazgo
de los esperantistas
Las leyendas la harían una Condesa de Spanheim. J. May (Katholik. XXXVII, 143) muestra mediante cartas y otros documentos que ella probablemente pertenecía a la familia ilustre de Stein cuyos descendientes son los actuales Príncipes de Salm. Su padre era un soldado al servicio de Meginhard, Conde de Spanheim.
La jerarquía angélica. Visión sexta del libro del Scivias. Códice de Wiesbaden. Facsímil de 1927.
Hildegarda fue una niña débil y enfermiza, y en consecuencia no recibió más que una poca educación en su hogar. Sus padres, a pesar de estar muy comprometidos en ocupaciones del mundo, tenían una inclinación religiosa y habían prometido a la niña para el servicio de Dios. 
SANTA HILDEGARDA DE BINGEN
A la edad de ocho años fue puesta bajo el cuidado de Juta, hermana del Conde Meginhard, que vivía como monja en el Disenberg (o Disibodenberg, la Montaña de San Disibod) en la Diócesis de Speyer. Tampoco aquí le fue dada a Hildegarda más que una mínima instrucción dado que era muy afligida por la enfermedad, estando con frecuencia escasamente capaz de caminar y a menudo privada incluso del uso de sus ojos. Se le enseño a leer y a cantar los salmos en Latín, lo suficiente para el canto del Oficio Divino, pero nunca aprendió a escribir.
La maternidad que procede del Espíritu y del Agua. Ilustración delScivias, II, 3. Códice de Wiesbaden. Facsímil de 1927.
Más adelante fue investida con el hábito de San Benito e hizo su profesión religiosa. Juta murió en el año 1136, e Hildegarda fue designada superiora.
Numerosas aspirantes se unieron a la comunidad y ella decidió irse a otra localidad, impelida además, como ella dice, por un mandato Divino. Escogió Rupertsberg cerca de Bingen en la orilla izquierda del Rin, aproximadamente a quince millas (unos 24 kilómetros) de Disenberg.
SANTA HILDEGARDA DE BINGEN
Tras superar muchas dificultades y obtener el permiso del señor del lugar, el Conde Bernardo de Hildesheim, se estableció en su nuevo hogar con dieciocho hermanas en el 1147 o 1148 (1149 o 1150 según Delehaye). Probablemente en el 1165 fundó otro convento en Eibingen en el lado derecho del Rin dónde una comunidad ya había sido establecida en 1148, el cual, sin embargo, no tuvo éxito.
Vista parcial del folio 0466r del Códice de Wiesbaden (Riesencodex) con la notación del canto «O vis eternitatis» deSymphonia armonie celestium revelationum.
LA VIDA DE HILDEGARDA COMO NIÑA, RELIGIOSA, Y SUPERIORA FUE EXTRAORDINARIA.
Pasando mucho tiempo sola a causa de su frágil salud, desarrollo una vida interior, intentando hacer uso de todo para su propia santificación. Desde sus primeros años fue favorecida con visiones. Ella dice de sí misma:
  • Hasta mi decimoquinto año vi mucho, y relaté algunas de las cosas vistas a otros, quienes inquirían con asombro, de donde podrían venir tales cosas. Yo también me preguntaba y durante mi enfermedad le pregunté a una de mis enfermeras si también veía cosas similares. Cuando contestó que no, un gran temor me poseyó. Frecuentemente, en mi conversación, relataba cosas del futuro, las cuales yo veía como si fueran del presente, pero, notando el asombro de mis oyentes, me volví más reservada.
Moneda alemana de 10 marcosde plata conmemorativa del noveno centenario del nacimiento de Hildegarda de Bingen.
Esta situación continuó hasta el fin de su vida. Juta había notado sus dones y se los había hecho conocidos a un monje de la abadía vecina, pero, al parecer, no se hizo nada en el momento. Cuando tenía aproximadamente cuarenta años de edad, Hildegarda recibió un mandato de divulgar al mundo lo que ella veía y oía. Ella dudó, temerosa de lo qué las personas podrían pensar o decir, a pesar de que estaba plenamente convencida del carácter Divino de las revelaciones.
SANTA HILDEGARDA DE BINGEN
Pero, continuamente urgida, reprendida, y amenazada por la voz interior, manifestó todo a su director espiritual, y a través de él al abad bajo cuya jurisdicción estaba puesta su comunidad. Entonces se le ordeno a un monje que pusiera por escrito cualquier cosa que ella relatara; algunas de sus monjas también la ayudaban con frecuencia. Los escritos fueron sometidos al obispo (Enrique, 1145-53) y al clero de Mainz (Maguncia) que los declaro como provenientes de Dios.
Pintura medieval de una tierra esférica con estaciones diferentes al mismo tiempo. 
Fol. 38, Liber divinorum operum I, 4.
La cuestión fue llevada también a conocimiento de Eugenio II (1145-53) quién estaba en Trier (Tréveris) en el 1147. Albero de Cluny, Obispo de Verdun, fue comisionado para investigar e hizo un informe favorable. Hildegarda continuó sus escritos. Muchedumbres de personas se congregaron en torno a ella, provenientes de los alrededores y de todas partes de Alemania y la Galia, para escuchar palabras de sabiduría de sus labios, y para recibir consejo y ayuda en las dolencias corporales y espirituales.
El hombre Universal, Fol. 9,Liber divinorum operum I, 2.
Estos no provenían solo de entre la gente vulgar sino que también hombres y mujeres notables de la Iglesia y del Estado eran llevados por las noticias de su sabiduría y santidad. Así por ejemplo, leemos que el Arzobispo Enrique de Mainz (Maguncia), el Arzobispo Eberhard de Salzburgo y el Abad Luis de San Eucario en Trier (Tréveris), le hicieron visitas. Santa Isabel de Schönau era amiga íntima suya y frecuente visitante. Tritemio en su "Crónica" habla de una visita de San Bernardo de Claraval, pero esto probablemente no sea correcto. No sólo en su casa da consejo, sino también en el extranjero. 
SANTA HILDEGARDA DE BINGEN
Muchas personas de todos los estados de vida le escribían y recibían respuesta, por lo que su correspondencia es bastante extensa. Su gran amor por la Iglesia y sus intereses la llevo a hacer muchas jornadas; visitaba a intervalos las casas de Disenberg y Eibingen; por una invitación vino a Ingelheim a ver al Emperador Federico; viajó a Würzburg, Bamberg, y la vecindad de Ulm, Cologne (Colonia), Werden, Trier (Tréveris), y Metz. No es verdad, sin embargo, que halla visto París o la tumba de San Martín en Tours.
El Universo, Fol. 14,Scivias I, 3
EN EL ÚLTIMO AÑO DE SU VIDA HILDEGARDA TUVO QUE ATRAVESAR UNA PRUEBA MUY DURA.
En el cementerio adyacente a su convento fue enterrado un joven que había estado una vez bajo excomunión. Las autoridades eclesiásticas de Mainz (Maguncia) exigieron que hiciera sacar el cuerpo. Ella no se consideró obligada a obedecer dado que el joven había recibido los santos oleos y se supone que estaba por consiguiente reconciliado con la Iglesia. 
Hildegarda de Bingen por Karlheinz Oswald frente a la Abadía de Eibingen.
Una sentencia de entredicho fue puesta sobre su convento por el capítulo de (Mainz) Maguncia, la sentencia fue confirmada por el obispo Christian (V) Buch que en ese momento se encontraba en Italia. Tras mucha preocupación y correspondencia logro que el entredicho fuera levantado. Murió de santa muerte y fue enterrada en la iglesia de Rupertsberg.
Reliquias de Hildegarda de Bingen en la Iglesia de Eibingen.
HILDEGARDA FUE GRANDEMENTE VENERADA EN VIDA Y DESPUÉS DE SU MUERTE.
Su biógrafo, Teodorico, la llama santa, y de muchos milagros se dice haber sido hechos a través de su intercesión. Gregorio IX (1227-41) e Inocencio IV (1243-54) ordenaron un proceso de investigación el cual fue repetido por Clemente V (1305-14) y por Juan XXII (1316-34). Ninguna canonización formal había tenido lugar, por ello y para disipar dudas, el Papa Benedicto XVI extendió su culto a toda la Iglesia el 7 de mayo de 2012, pero su nombre está en el Martirologio Romano y su fiesta es famosa en las Diócesis de Speyer, Mainz (Maguncia), Trier (Tréveris), y Limburg, también en la Abadía de Solesmes dónde un oficio propio es cantado (Brev. Monast. Tornac., 18 Sept.). 
Hildegarda de Bingen 
CUANDO EL CONVENTO DE RUPERTSBERG FUE DESTRUIDO EN 1632 LAS RELIQUIAS DE LA SANTA FUERON LLEVADAS A COLONIA Y MÁS TARDE A EIBINGEN.
En la secularización de este convento, fueron colocadas en la iglesia parroquial del lugar. En 1857 un reconocimiento oficial fue hecho por el Obispo de Limburg y las reliquias fueron puestas en un altar especialmente construido. En esta ocasión el pueblo de Eibingen la escogió como patrona. El 2 de julio del 1900, fue puesta aquí la piedra angular para el nuevo convento de Santa Hildegarda. El trabajo fue comenzado y completado a través de la munificencia del Príncipe Karl de Löwenstein, y las monjas Benedictinas de San Gabriel en Praga entraron a la nueva casa (17 Sept., 1904).
La Trinidad en su íntegra Unidad, Scivias, visión II, 2.
TODOS LOS MANUSCRITOS ENCONTRADOS EN EL CONVENTO EN EIBINGEN FUERON TRANSFERIDOS EN 1814 A LA BIBLIOTECA ESTATAL EN WIESBADEN.
De esta colección el primero y mayor trabajo de Santa Hildegarda es el "Scivias" (Scire o vias Domini, o vias lucis), parte del cual había sido presentado al Arzobispo de Mainz (Maguncia). Ella lo comenzó en 1141 y trabajó en él durante diez años. Es una producción extraordinaria y difícil de entender, todo el profético y admonitorio al estilo de Ezequiel y el Apocalipsis.
FRESCOS EN LA ABADÍA DE SANTA HILDEGARDA EN RÜDESHEIM AM RHEIN.
"Wie S. Hildegard zu der Hl. Jutta auf den Disibodenberg geht."
(Como santa Hildegarda va con la bendita Jutta en Disibodenberg).
En la introducción ella habla de sí misma y describe la naturaleza de sus visiones. Siguen tres libros, el primero contiene seis visiones; el segundo da siete visiones y tiene alrededor del doble el tamaño del primero; el tercero, igual en tamaño a los otros dos juntos, tiene trece visiones. El "Scivias" representa a Dios en Su Santa Montaña con la humanidad en la base; narra la condición original del hombre, su caída y redención, el alma humana y sus luchas, el Santo Sacrificio de la Misa, los tiempos por venir, el hijo de perdición y el fin del mundo.
"Wie S. Hildegard auf den Rupertsberg bei Bingen zieht."(Como santa Hildegarda parte de Rupertsber hacia Bingen).
LAS VISIONES SE ENTREMEZCLAN CON ADMONICIONES SALUDABLES A VIVIR EN EL TEMOR DEL SEÑOR.
LOS MANUSCRITOS DEL "SCIVIAS"
Están también en Cues y en Oxford. Fue impreso por primera vez en París (1513) en un libro que contiene además los escritos de varias otras personas. Fue impreso de nuevo en Colonia en 1628, y fue reproducido por Migne, PL 197. El "Liber vitae meritorum" escrito entre 1158 y 1163, es una descripción pintoresca de la vida de un Cristiano virtuoso y de su contrario. Fue impreso por primera vez por Pitra, "Analecta Sacra", VIII (Monte Cassino, 1882). 
Hildegarda de Bingen 
EL "LIBER DIVINORUM OPERUM" (1163-70)

Es una contemplación de toda la naturaleza a la luz de fe. El sol, la luna, y las estrellas, los planetas, los vientos, los animales, y el hombre, son en sus visiones expresión de algo sobrenatural y espiritual, y como ellos vienen de Dios deben conducir a Él (Migne, el loc. cit.). Mansi, en "Baluzii Missell". (Lucca, 1761), II, 337, lo toma de un manuscrito perdido desde entonces. Su "Carta a los Prelados de Mainz (Maguncia)" con respecto al entredicho puesto sobre su convento es colocada aquí entre sus trabajos por el manuscrito de Wiesbaden; en otros manuscritos está ubicado entre sus cartas.
"Wie S. Hildegard in Ingelheim zu Kaiser Barbarossa spricht."(Como santa Hildegarda habla al emperador Barbarroja en Ingelheim).
"EL MANUSCRITO DE WIESBADEN"
Le anexa nueve pequeños ensayos: Sobre la Creación y la caída del hombre; el trato de Dios a los renegados; sobre el sacerdocio y la Santa Eucaristía; sobre la unión entre Cristo y la Iglesia; sobre la Creación y la Redención; sobre los deberes de los jueces seculares; sobre las alabanzas a Dios con oraciones entremezcladas. 
Hildegarda de Bingen 
"LIBER EPISTOLARUM ET ORATIONUM"
El manuscrito de Wiesbaden contiene las cartas de y para Eugenio III, Anastasio V, Adrian IV, y Alejandro III, El Rey Conrad III, el Emperador Federico, San Bernardo, diez arzobispos, nueve obispos, cuarenta y nueve abades y prebostes de monasterios o capítulos, veintitrés abadesas, muchos sacerdotes, maestros, monjes, monjas, y comunidades religiosas (P. L., loc. cit.). Pitra pone muchas adiciones; L. Clarus las editó en una traducción alemana (Ratisbon, 1854). "Vita S. Disibodi" y "Vita S. Ruperti"; éstos "Vitae", los cuales además Hildegarda declara ser revelaciones, fueron probablemente producto de las tradiciones locales y siendo, sobre todo la de San Ruperto, de fuentes muy exiguas; tienen sólo valor de legenda. "Expositio Evangeliorum" cincuenta homilías en alegoría (Pitra, el loc. cit.). 
"Wie S. Hildegard Eibingen gründet u. zu Rüdesheim einen blinden Knaben heilten."(Como santa Hildegarda funda Ebingen y camino a Rüdesheim cura a un muchacho ciego).
"LINGUA IGNOTA"
El manuscrito, en once folios con una lista de novecientas palabras de un idioma desconocido, principalmente sustantivos y sólo unos pocos adjetivos, una explicación en latín, y en algunos casos en alemán, junto con un alfabeto desconocido de veintitrés letras impreso por Pitra. Una colección de setenta himnos y sus melodías.
Hildegarda de Bingen 
UN MANUSCRITO DE ESTO ESTÁ TAMBIÉN EN AFFLIGHEM, IMPRESO POR ROTH (WIESBADEN, 1880) Y POR PITRA.
No sólo en este trabajo, sino en otros lugares Hildegarda exhibe elevados dotes poéticos, transfigurados por su persuasión íntima de una misión Divina. "Liber Simplicis Medicinae" y "Liber Compositae Medicinae"; el primero fue editado en 1533 por Schott en Strasburgo como "Physica S Hildegardis", El Dr. Jessen (1858) encontró un manuscrito de este en la biblioteca de Wolfenbuttel. Consiste de nueve libros que tratan de las plantas, de los elementos, de los árboles, de las piedras, de los peces, de los pájaros, de los cuadrúpedos, de los reptiles, de los metales, impresos por Migne como "Subtilitatum Diversarum Naturarum Libri Novem." 
"Wie beim Tode S. Hildegards am Himmel Zeichen geschehen."
(Como por la muerte de santa Hildegarda acontecieron signos en el cielo.
EN I859, JESSEN LOGRÓ OBTENER DE COPENHAGUE UN MANUSCRITO TITULADO "HILDEGARDIS CURAE ET CAUSAE".
Examinándolo comprobó satisfecho que era el segundo trabajo médico de la santa. Consiste en cinco libros y tratados de las divisiones generales de las cosas creadas, del cuerpo humano y de sus dolencias, de las causas, síntomas, y tratamiento de enfermedades. "38 Solutiones Quaestionum" son las respuestas a preguntas propuestas por los monjes de Villars a través de Gilberto de Gembloux sobre varios textos de la Escritura (P. L., loc. el cit.). 
Hildegarda de Bingen 
"EXPLANATIO REGULAE S. BENEDICTI"

También declarado revelación, exhibe la regla tal como la entendía y aplicaba en esos días por un superior inteligente y moderado. "Explanatio Symboli S. Athanasii", una exhortación dirigida a sus hermanas en religión. El "Revelatio Hildegardis de Fratribus Quatuor Ordinum Mendicantium", y las otras profecías contra los Mendicantes, etc., son falsificaciones. El "Speculum futurorum temporum" es una adaptación libre de textos escogidos de sus escritos hecha por Gebeno, prior de Eberbach (Pentachronicon, 1220). Algunos impugnarán la autenticidad de sus escritos, entre otros Preger en su "Gesch. der deutchen Mystik", 1874, pero sin razones suficientes. (Ver Hauck en "Kirchengesch. Deutschl", IV,398 sqq). Su correspondencia es para ser leída con cautela; tres cartas de papas han sido probadas falsas por Von Winterfeld en "Neue Archiv", XXVII, 297.
Hildegarda de Bingen 
LA PRIMERA BIOGRAFÍA DE SANTA HILDEGARDA FUE ESCRITA POR LOS MONJES CONTEMPORÁNEOS GODOFREDO Y TEODORICO. GUILBERTO DE GEMBLOUX COMENZÓ OTRA.EL 7 DE OCTUBRE DE 2012 SU NOMBRE FUE AGREGADO A LA LISTA DE DOCTORES DE LA IGLESIA POR EL PAPA BENEDICTO XVI.
El Cuerpo Místico,Scivias II, 5
SANTA HILDEGARDA DE BINGEN DOCTORA DE LA IGLESIA (1098-1179). Fiesta 17 de Septiembre.
INFANCIA Y VIDA RELIGIOSA
Nació Hildegarda en Bermesheim, cerca de Maguncia, Alemania, en el año 1098. Fue la última hija de una familia de la baja nobleza conformada por Hildeberto y Matilde. Al ser la hija número diez sus padres consideraron ofrecerla al servicio religioso, como una especie de pago o diezmo a la Iglesia, esto según la mentalidad piadosa de la época. En su biografía se refiere que la santa desde pequeña veía cosas que el común no podía, pues “Aún no podía pronunciar palabra cuando logré que mis familiares comprendieran, por medio de sonidos y gestos, que podía ver luces e imágenes provenientes del cielo”. Ese precoz don profético la acompañaría toda su vida, y a la tierna edad de cinco años ya podía ver los acontecimientos futuros, como cuando exclamó ante su nodriza: “¡Mira qué hermoso ternero hay dentro de esa vaca! Es blanco, con manchas en la frente, las patas y el lomo. Cuando el ternero nació, resultó ser como la niña lo había descrito”.

Cuando tenía ocho años, su padre la envió al monasterio benedictino de Disobodenberg, para que ahí comenzará su educación. Fue recibida por la hija del conde de Sponheim, Santa Jutta (22 de enero y 22 de noviembre), la cual le enseñó a cantar los salmos y a leer en latín. Hildegarda y una compañera llamada igualmente Jutta vivieron en una casita anexa al monasterio, y más tarde ingresaron en él como novicias. El monasterio pasó a ser entonces dúplex, es decir, que era masculino pero que aceptó recibirlas en una celda apartada de las habitaciones de varones. La fama de virtuosas de maestra y alumna traspasó los muros monásticos y algunos nobles se animaron a llevar a sus hijas para que ahí fueran educadas, y entonces fue preciso ampliar ese espacio por el número cada vez más creciente de vocaciones.

La pequeña y enfermiza Hildegarda siguió percibiendo visiones y cuando ella comentaba si todos las podían ver, al recibir negativas, se asustaba, por lo cual, finalmente optó por no volver a mencionarlas (al menos en ese momento). También informó de ellas a su maestra y ésta al monje Volmar, también benedictino, quien más tarde se convertiría en el secretario de Hildegarda, y luego su copista hasta la muerte. A los quince años Hildegarda profesó los votos según la regla de San Benito (11 de marzo y 11 de julio). La vida de toda monja estaba marcada por las horas canónicas, en donde la oración, los trabajos en comunidad, el silencio y la meditación eran las labores del día a día. Jutta murió en 1136 y la comunidad de religiosas (que ya había crecido) eligió a Hildegarda como su nueva abadesa. Ella tenía 38 años y desconocía que su destino como profetisa apenas iba a iniciarse.

HILDEGARDA, LA PROFETISA DEL RHIN
En 1141 Santa Hildegarda contaba con casi 43 años y sus visiones se incrementaron en profundidad, frecuencia y cantidad. Ella misma refiere que recibió por orden divina la obligación de escribirlas. La voz que venía del cielo le ordenó: "Oh podredumbre de podredumbre, di y escribe lo que ves y oyes (…) y esto no a tu manera, ni a la manera de otro hombre, sino según la voluntad de aquel que sabe, ve y dispone todas las cosas en el secreto de sus misterios".
Y también: "En el año mil ciento cuarenta y uno de la Encarnación de Jesucristo, Hijo de Dios, cuando yo tenía cuarenta y dos años y siete meses. Una luz de fuego, de brillo extremo, que venía del cielo abierto, se fundió sobre mi cerebro todo entero, y sobre todo mi cuerpo, y todo mi pecho, como una llama que sin embargo, no quemaba, sino que más bien por su calor inflamaba, en el modo en el que el sol calienta lo que toca con sus rayos".

Lo que percibió en esa ocasión le pareció más misterioso y sublime (que las visiones que tuvo cuando era joven) y por tanto, habló de ello al monje Godfrey, su confesor, quién lo reveló a su abad (de Disibodenberg), y éste a su vez consideró anunciarlo al arzobispo de Maguncia. El arzobispo, rodeado de un séquito de estudiosos y expertos en teología, examinó las visiones y finalmente dictaminó que eran de inspiración divina. Como era de esperarse, la fama de la Visionaria se disparó inmediatamente.

En ese mismo año Santa Hildegarda comenzó a escribir su principal obra, el "Scivias" (Scire vías Domini ó vías lucís, o sea "Conoce los Caminos"), escrito que tardó diez años en terminar. Como ella todavía dudaba si era correcto o no escribir lo que veía, recurrió al consejo de San Bernardo de Clavaral (20 de agosto), quién lo aprobó sin dudar de la fuente de la que provenía, y se convirtió en su amigo y consejero epistolar durante mucho tiempo. Cuando el papa Beato Eugenio III (8 de julio), cisterciense como Bernardo, visitó el arzobispado con motivo del Sínodo de Tréveris en 1147-1148, el arzobispo a instancias del abad de Disibondenberg presentó al Papa una parte del Scivias. El Papa designó una comisión de teólogos para examinarlos, y después de recibir el informe favorable de la comisión, dio su aprobación y él mismo llegó a leer partes del Scivias ante su concurrencia. El Papa señaló que su obra era al estilo de los profetas, la invitó a seguir escribiendo y autorizó la publicación de sus obras.

Ese don profético fue algo que la santa entendió desde sus inicios. Se concebía a sí misma como un simple instrumento de Dios, como un medio a través del cual se manifestaba sus grandezas. No se preocupaba tanto por interpretar lo que veía, sino que su labor se reducía a la simplicidad de comunicarlas. Santa Hildegarda nos dice que sus visiones nos las veía en sueños, ni en éxtasis, ni con los ojos corporales o los oídos humanos: “Sino que las veo con mis ojos y mis oídos humanos interiormente, cuando estoy despierta. Simplemente en espíritu, y las he recibido en lugares descubiertos según la voluntad de Dios”. Es decir, las percibió a través de los sentidos corporales, pero la inspiración venía del interior, del alma (o si se quiere de la mente), como una cosa infunsa desde lo Alto. Comenzó entonces a escribir entusiasta, ayudada por Volmar, su secretario y copista, y por Richardis de Stade, una monja de su comunidad por la que llegó a sentir un gran cariño.

HILDEGARDA FUNDADORA

En 1148, Santa Hildegarda dió inicio a un plan para fundar un convento en Ruperstberg. Desde algún tiempo atrás ya se había hecho evidente que la comunidad de religiosas se encontraba demasiado ceñida en el pequeño claustro que se les había destinado en Disibodenberg, así que la abadesa comenzó las gestiones para un nuevo establecimiento. Ante esto, los monjes se opusieron al traslado pues veían disminuir sus donativos y las visitas al lugar (que atraía a hombres piadosos con aras de conocer a la abadesa). La tenacidad de Hildegarda se sobrepuso y en 1150 el arzobispo consagró el nuevo monasterio dedicado a San Ruperto de Bingen (15 de mayo). Es de reconocerle esta labor pues en aquella época los monasterios benedictinos femeninos no tenían un gobierno propio y sus monasterios siempre dependían de uno masculino. Ella rompió con esa barrera y se puede decir que su convento fue el primer establecimiento femenino occidental que no estaba adosado a uno masculino. Las visiones se siguieron manifestando y darían como fruto numerosos tratados que le dieron la fama de escritora.

HILDEGARDA LA ESCRITORA
Hasta aquí hemos hablado de dos de los rasgos que toda doctora de la Iglesia debía cumplir y que en el caso de Santa Hildegarda se manifestaron al pie de la letra: una vida santa y virtuosa, y el haber profesado una doctrina ortodoxa según los preceptos cristianos. El siguiente requisito era haber dejado un tratado que defendiera o profundizara una o varias verdades de la fe. Santa Hildegarda fue una elocuente defensora del la fe católica que se refleja a través de sus escritos, sus cartas, sus consejos, predicas y obras. Como visionaria, manifestó lo que ocurría en el plano celeste: reveló la naturaleza de Dios, la disposición de las estrellas, señaló el papel que tiene el hombre en la creación y el plan de salvación que se le tiene destinado, puntualizó la manera en cómo se agrupaban las diferentes jerarquías angélicas en torno al Creador, habló sobre el sacrificio de Cristo y la Iglesia, y muchas otras verdades o dogmas. También combatió a los cátaros a través de sus escritos y sermones.
Sus dos obras teológicas son el "Scivias" y "Liber Divinorum Operum" (Libro de las Obras Divinas).

Scivias la dividió en tres partes: la primera la dedicó a Dios Padre y a los ángeles, en la siguiente aborda el estudio de la Trinidad, la Iglesia, la Confirmación y el ángel caído. En la última parte hay varios simbolismos relacionados con la plenitud de los tiempos y el Juicio final. En Liber Divinorum, señala la complejidad de la Creación y reconoce en ella la gloria y la omnipotencia de Dios. Tomemos, por ejemplo, la descripción que hace de Él en Liber Divinorum y en la cual describe lo que ve y seguidamente señala el significado de la misma:
"Vi como en el centro del cielo austral surgía la imagen de Dios, con apariencia humana, bella y magnífica en su misterio. La belleza y el esplendor de su rostro eran tales que mirar al sol hubiera sido más fácil que mirar aquella imagen. Un ancho círculo dorado ceñía su cabeza. En el mismo círculo, sobre la cabeza, apareció otro rostro, el de un anciano, cuyo mentón y barba rozaban la coronilla del cráneo de la imagen. A cada lado del cuello de esta imagen brotó un ala, y ambas alas se irguieron por encima del mencionado círculo dorado y allí se unieron la una a la otra. El punto extremo de la curvatura del ala derecha llevaba una cabeza de águila, sus ojos de fuego irradiaban el esplendor de los ángeles como en un espejo. En el punto extremo de la curvatura del ala izquierda había algo como un rostro humano que brillaba como relumbran las estrellas. Y estos dos rostros miraban hacia oriente. Además, desde cada hombro de la imagen bajaba otra ala hasta sus rodillas. La imagen estaba revestida por una túnica tan resplandeciente como el sol y en las manos tenía un cordero que brillaba como la deslumbrante luz del día. Bajo los pies aplastaba un monstruo de forma horrible, venenoso y de color negro, y una serpiente".
Esa imagen le explicó ser Él mismo “La energía suprema y abrasadora. Yo soy quien ha encendido la chispa en todos los seres vivientes, nada mortal mana de Mí, y juzgo todas las cosas”. Es decir, se trata de una visión trinitaria de Dios donde se presenta a sí mismo como un hombre con dos cabezas (el Padre y el Espíritu Santo) mientras que en los brazos lleva un Cordero (el Hijo). La cualidad celeste se acentúa por el doble par de alas que tiene. Hildegarda explica que la figura representa al Amor, que los reflejos del espejo son los ángeles y el monstruo y la serpiente representan las injusticias y las dudas (es decir el pecado). En todos sus tratados, la santa describe lo que ve y después señala lo que la voz interior explica de ellas. Algunas ediciones de sus libros están bellamente decoradas con grabados que la muestran en actitud contemplativa, sentada en banquillo de respaldo alto, con la vista puesta hacia lo alto, mientras que una luz resplandeciente cae sobre su frente, como señalando que recibe la visión. A veces la escena ocupa todo el cuadro, y en una esquina, aparece una pequeña representación de la abadesa.

Es autora de otras obras, donde aborda temas tanto de índole científico como artístico. En 1150 comenzó su obra musical, El "Symphonia armoniae celestium revelationum" (Sinfonía de la Armonía de Revelaciones Divinas) que contiene letra y música y donde destacan tres poemas: el himno al Espíritu Santo, el himno a Santa María y la Secuencia de San Maximino. También tiene un auto sacramental titulado "Ordo Virtutum" (Orden de las Virtudes), en el cual hace una serie de diálogos entre el alma, las virtudes que adornan a esta y las tentaciones del maligno.

Entre 1151 y 1158 escribió el “Liber subtilitatum diversarum naturarum creaturarum” (Libro sobre las propiedades naturales de las cosas creadas) en donde hacia importantes anotaciones respecto a la medicina de su tiempo y de la plantas medicinales. Entre 1158 y 1163 escribió el "Liber Vitae Meritorum" (Libro de los Méritos de la Vida) en donde narra la historia de la Salvación, donde virtudes y vicios se enfrentan entre sí y finalmente la divinidad sale victoriosa.
Otra de sus obras es la "Lingua Ignota" (1150?) formada por unas 900 palabras y un alfabeto de veintitrés letras. Se cree que este es un lenguaje secreto o desconocido, tal vez una nueva codificación a través de la cual la divinidad deseaba comunicarse con su sierva. Fue consultada como un oráculo, muestra de ello son las más de 300 cartas en las que se comunicó y aconsejó a Papas, cardenales, obispos, reyes y emperadores, como Conrado III y Federico I Barbarroja, religiosos y hombres de todas clases y condiciones.

Todo esto es reflejo de lo trascendental que llegó a ser esta monja benedictina en su tiempo. Casi en el ocaso de su vida realizó cuatro viajes en su labor predicativa: a Tréveris en 1160, donde se cree predicó un sermón en la suntuosa catedral, luego fue a Colonia entre 1163 o 1164, el tercero a Maguncia por invitación de su arzobispo, y el cuarto a Suabia en 1170.

A LA VIDA. GLORIFICACIÓN
Hildegarda murió el 17 de septiembre de 1179, a la edad de 92 años y fue sepultada en la iglesia del convento de Rupertsberg. En la leyenda de su vida nuevamente se confunde lo maravilloso con lo histórico, pues señala que con motivo de su muerte en el cielo apareció un gran círculo y dentro de éste una cruz resplandeciente, primero pequeña, pero después se agrandó hasta ocupar un lugar prominente hacia el Oriente. Sus reliquias permanecieron allí hasta que el convento fue destruido y sus restos fueron trasladados al convento cercano de Eibingen, que también fue obra suya. Con merecimiento se le otorgó el título de la "Sibila del Rin", (en clara alusión a su actividad visionaria) y también es llamada la Profetisa Teutónica.

Es patrona de los lingüistas y de las novicias benedictinas, de los farmacéuticos, y contra la calvicie. Sus atributos son el hábito benedictino (en ocasiones con el cisterciense), la paloma del Espíritu Santo; frascos y hierbas, que recuerdan su labor como farmacéutica; una lira, pues fue compositora; la cruz pectoral, una pluma y un libro, un conventillo que recuerda que fue fundadora, y a veces lleva un báculo en reconocimiento de abadesa. Y, claro, como no, el birrete doctoral a partir de su nombramiento.

Santa Hildegarda de Bingen, la cuarta doctora de la Iglesia, llegó más allá de lo que se le permitió a una monja común de su tiempo: fue abadesa, logró independizarse de la comunidad masculina a la cual estaba sujeta, a través de sus visiones señaló lo que Dios quería que se supiera y se realizará, trabó amistad con papas y obispos, con reyes y emperadores, y fue un pilar importante contra la herejía cátara. A pesar de que siempre fue una mujer de salud frágil, logró sacar fuerzas de su flaqueza para cumplir con su destino, se levantó del lecho cuando el asunto reclamó su presencia y cultivó prácticamente todas las artes, todo esto en nombre de la Luz Viviente, que era la voz suprema que le dio la autoridad necesaria para hablar de tal manera a sus contemporáneos.

Referencias
  1. Volver arriba↑ ABC. «El papa proclama San Juan de Ávila e Hildegarda de Bingen nuevos doctores de la Iglesia». Consultado el 7 de octubre de 2012. 
  2. Volver arriba↑ Kerby-Fulton, Kathryn (2010). «Hildegard of Bingen». En Minnis, Alastair; Voaden, Rosalynn. Medieval Holy Women in the Christian Tradition c.1100-c.1500. Brepols Collected Essays in European Culture. Turnhout, Bélgica: Brepols Publishers. pp. 343-369. ISBN 978-2-503-53180-9
  3. Volver arriba↑ Del Val Valdivieso, María Isabel (1997). «Las instituciones religiosas femeninas». Acta historica et archæologica mediævalia 18. Barcelona: Departament d'Història Medieval, Paleografia i Diplomàtica, Facultat de Geografia i Història, Universitat de Barcelona. pp. 161-177. ISBN 84-475-0454-9
  4. Volver arriba↑ Chiaia, 2006: 33. 
  5. Volver arriba↑ Klapper, Michael (2004). «Hildegard von Bingen». En Briscoe, James R.New Historical Antology of Music by Women. Bloomington,Indiana: Indiana University Press. pp. 14-20. ISBN 0-253-21683-4
  6. Volver arriba↑ Cirlot, 2009: 13.
La caridad,Liber divinorum operum
Fuente:
https://es.wikipedia.org/wiki/Hildegarda_de_Bingen
http://es.catholic.net/op/articulos/35098/hildegarda-de-bingen-santa.html
http://www.religionenlibertad.com/santa-hildegarda-bingen-abadesa-59369.htm

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