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"Soy un hombre de armas, un soldado, scout. Paradójicamente, al único de mi especie que admiro, empuñó solamente la palabra, su técnica fue la humildad, su táctica la paciencia y la estrategia que le dio su mayor victoria fue dejarse clavar en una cruz por aquellos que amaba".

“Espíritu Santo, inspírame lo que debo pensar, lo que debo decir, lo que debo callar, lo que debo escribir, lo que debo hacer, como debo obrar, para el bien de los hombres, de la iglesia y el triunfo de Jesucristo”.

Desde La Trinchera Del Buen Combate en Argentina. Un Abrazo en Dios y La Patria.

14 de septiembre de 2019

EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ. Fiesta 14 de Septiembre.

Exaltación de la Santa Cruz, de Adam Elsheimer.
La Exaltación de la Santa Cruz (en griego: Ὕψωσις τοῦ Τιμίου Σταυροῦ; en latín: Exaltatio Sanctæ Crucis), es una fiesta religiosa de la Iglesia Católica, la Iglesia Ortodoxa y otras denominaciones cristianas. En ella se conmemora la Cruz en la que fue crucificado Jesucristo. La fecha de esta celebración es el 14 de septiembre. En Chile, la Iglesia lo celebra en mayo.
Exaltación de la Santa Cruz
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Exaltación de la Santa Cruz, de Adam Elsheimer.

Celebrada por
Cristianismo

Fecha
14 de septiembre

Motivo
Celebración de la Santa Cruz
LA COSTUMBRE DE VENERAR LA SANTA CRUZ SE REMONTA A LAS PRIMERAS ÉPOCAS DEL CRISTIANISMO EN JERUSALÉN.
ORIGEN DE LA FIESTA
La costumbre de venerar la Santa Cruz se remonta a las primeras épocas del cristianismo en Jerusalén. Esta tradición comenzó a festejarse el día en que se encontró la Cruz donde padeció Nuestro Señor.
Exaltación de la Santa Cruz.
Posteriormente, a principios del siglo VII, cuando el ejército del Islam saqueó Jerusalén se apoderó de las sagradas reliquias de la Santa Cruz. Esta serían recuperadas pocos años más tarde por el emperador Heraclio, y recordando este rescate es que celebramos el 14 de septiembre la exaltación de la Cruz.
La exaltación de la Cruz
La tradición cuenta que el emperador, vestido con las insignias de la realeza, quiso llevar en exaltación la Cruz hasta su primitivo lugar en el Calvario, pero su peso se fue haciendo más y más insoportable. Zacarías, obispo de Jerusalén, le hizo ver que para llevar a cuestas la Santa Cruz, debería despojarse de sus vestidos reales e imitar la pobreza y humildad de Jesús. Heraclio con pobres vestidos y descalzo pudo así llevar la Cruz hasta la cima del Gólgota.
Exaltación de la Santa Cruz.
Para evitar nuevos robos, la Santa Cruz fue partida. Una parte se llevó a Roma, otra a Constantinopla; una se dejó en Jerusalén y una más se partió en pequeñas astillas para repartirlas en diversas iglesias del mundo entero.
La exaltación de la Cruz
LA CRUZ, EXTREMO DE AMOR
La Santa Cruz es trono para Nuestro Señor Jesucristo. Tan noble Rey venció en ella al pecado y la muerte, no al modo humano, sino al misterioso modo divino.
El odio de los hombres combatió contra su mismo Redentor, pero venció el Amor de Jesús por los hombres. 
Exaltación de la Santa Cruz.
Estos se unieron para atormentar a Jesús e irrumpieron contra Él; y Él soportó todo tormento y se sometió a la misma muerte, con la mansedumbre de un cordero. Su Cuerpo divino, llagado de amor, no encontró otro descanso que la Cruz.
Icono bizantino de la Exaltación de la Santa Cruz.
Mientras Jesús sufría, amaba. Nos devolvió con amor tanta ofensa. Tanta ofensa hecha por cada uno de nosotros día a día. Y es en virtud de ese amor unido al sufrimiento que Él gustaba una gran felicidad: la de salvar el género humano. Se sometió a la muerte para darnos vida. Fue en la Cruz donde nos conquistó el perdón de su Padre.
Exaltación de la Santa Cruz.
¿Por qué Señor tanta mansedumbre, tal gozo entre tantos expertos de muerte? Precisamente se debe a que el cáliz de la Pasión Él lo tomó no de la mano de sus enemigos, sino de las del Padre; y por consiguiente lo tomó con amor infinito.
He aquí el secreto de padecer con mérito y con gloria: recibir las tribulaciones, no de las manos de los hombres, sino de las de Dios. 
Exaltación de la Santa Cruz.
El dolor en esta tierra es inevitable: lo vemos a nuestro alrededor en diversas manifestaciones. Está claro que el dolor no se puede evitar siempre. Pero también está claro que el amor tiene su precio: y siempre resulta un precio amable –y hasta “barato”- en la medida, precisa, del amor.
Exaltación de la Santa Cruz.
Este es el secreto del amor de Dios por los hombres, y del mismo modo puede ser el secreto del gozo de los mártires. También será el gozo de cualquier cristiano que reciba un aumento del amor de Dios. Así como entendemos claramente –sin una duda- que vale la pena gastarse por un amigo, un familiar, una persona querida, del mismo modo a los que aman a Dios les resulta fácil “gastarse” –o sacrificarse- por Él.
Exaltación de la Santa Cruz.
A veces a quienes queremos les regalamos u ofrecemos lo que se nos ocurre. En otras ocasiones, con mucha confianza, esas personas queridas nos solicitan algo –a veces con urgencia- y ésa es la piedra de toque del amor. Cuando rápidamente decimos que sí a lo que nos cuesta –inesperadamente- es porque amamos sinceramente a esa persona.
Exaltación de la Santa Cruz.
Con Dios sucede otro tanto. A veces le ofrecemos a Dios “sacrificios” que nos parece le gustarán, y otras es Él mismo quien golpea a nuestra puerta pidiéndonos algo: a través de otras personas o directamente.
Jesús cargó con la Cruz y nos invita a que cada uno de nosotros lo imitemos también en esto. 
Exaltación de la Santa Cruz.
No hay camino sin Cruz. Dios regala la Cruz a quienes ama, a quienes quiere regalar también con muchos otros bienes. Ese es el sentido de las palabras del Apóstol: “No quiero otra cosa que Jesús y Jesús crucificado.”
En la Cruz nos encontramos y unimos a Cristo. Busquémoslo siempre allí. Él, con sus brazos extendidos, nos espera para regalarnos el abrazo de su infinito amor.
Exaltación de la Santa Cruz.
EXAMEN
Meditemos en la presencia de Dios cuáles son los “vestidos reales” de que debemos despojarnos, a imitación de Heraclio, para cargar con alegría nuestra Cruz de cada día.
Meditemos también como llevamos nuestra Cruz: si ella es para nosotros ocasión de que nos rebelemos contra Dios, o si más bien, nos acerca a Jesús y nos hace vivir, a imitación de Él, el amor hasta el extremo, para con Dios y nuestros hermanos.
Pidámosle a Jesús que nos enseñe a ver siempre la mano divina en toda pena nuestra.
Exaltación de la Santa Cruz.
OREMOS
Reine el Señor crucificado
levantando la cruz donde moría;
nuestros enfermos ojos buscan luz,
nuestros labios, el río de la vida.

Te adoramos, oh cruz que fabricamos,
Pecadores, con manos deicidas;
Te adoramos, ornato del Señor,
sacramento de nuestra eterna dicha. Amén
(Fragmentos del Himno de Laudes de la Fiesta de la exaltación de la Cruz. Liturgia de las Horas)
Por Mariana Canale. www.iglesia.org
Exaltación de la Santa Cruz

ALMA DE CRISTO
https://www.youtube.com/watch?v=NF92repXEPY&feature=player_embedded

Exaltación de la Santa Cruz.
LA FIESTA DE LA EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ EXPLICADA POR BENEDICTO XVI.
La Iglesia celebra la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz el 14 de septiembre, ya que ese día es el aniversario de la consagración de la Iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén en 335. También se dice que ese día se conmemora la recuperación de la Cruz por Heraclio en el 628 de manos de los persas, que la tenían en su poder desde 614.
BENEDICTO XVI - (Angelus 17 de septiembre de 2006)
“Pero ¿qué sentido tiene exaltar la cruz? ¿Acaso no es escandaloso venerar un patíbulo infamante? Dice el apóstol san Pablo: "Nosotros predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los gentiles" (1 Co 1, 23). Pero los cristianos no exaltan una cruz cualquiera, sino la cruz que Jesús santificó con su sacrificio, fruto y testimonio de inmenso amor. Cristo en la cruz derramó toda su sangre para librar a la humanidad de la esclavitud del pecado y de la muerte. Por tanto, de signo de maldición la cruz se ha transformado en signo de bendición, de símbolo de muerte en símbolo por excelencia del Amor que vence el odio y la violencia y engendra la vida inmortal.”
LA FIESTA DE LA EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ EXPLICADA POR BENEDICTO XVI.
https://www.youtube.com/watch?v=aK-18IMEVHg
FESTIVIDAD DE LA EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ
La fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz que se celebra el 14 de septiembre tiene su origen en Jerusalén. Es el aniversario de la Dedicación de los edificios construidos por el Emperador Constantino para proteger y magnificar los lugares donde Jesucristo Nuestro Señor llevó a cumplimiento su Misterio Pascual de Muerte y Resurrección.
Exaltación de la Santa Cruz.
LA FIESTA DE LA EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ EN JERUSALÉN ANTIGUAMENTE.

El Gólgota – Martyrium ligados a la muerte, la Anástasis (Sepulcro) a la Resurrección. El día de la inauguración se vincula al día del hallazgo de la Santa Cruz del Señor y al aniversario de la dedicación del tempo de Salomón. Con la inauguración de estos edificios nace un nuevo tipo de liturgia.
La acción litúrgica de Jerusalén se adapta a ellos y se inspira en el misterio que contienen y se renueva en las celebraciones. De ahí, entre otras razones, de la importancia de esta fiesta de su Dedicación comparable a Pascua y a Epifanía. De la lectura del Itinerario de Egeria salta a la vista que las grandes fiestas de Jerusalén no se celebraban aisladas en sí mismas, sino que engloban a todas las demás fiestas, es decir, todo el misterio de Cristo.
La razón estriba en la duración de ocho días de las tres grandes fiestas. Durante la octava se recorren los diversos lugares relacionados con el misterio pascual para celebrar en ellos la eucaristía en cada uno de ellos. Al tiempo de duración de las fiestas ha de vincularse el adorno, luces, vestidos litúrgicos que dan vistosidad y alegría a las celebraciones. Son realmente fiestas y de ellas gozan los fieles de Jerusalén y a ellas son atraídos los fieles de las regiones circunstantes.
Exaltación de la Santa Cruz
Tiene encanto especial el relato que la peregrina Egeria (Itinerario 48-49) hace de esta fiesta en el siglo IV:
“Se llama día de las Encenias al que fue consagrada la iglesia que está en el Gólgota y que llaman Martirio. También la santa iglesia que hay en la Anástasis, es decir en el lugar donde resucitó el Señor después de la Pasión, fue consagrada a Dios en el mismo día. Se celebra, pues, con gran solemnidad las Encenias (dedicación) de estas iglesias, porque en este mismo día se encontró la cruz del Señor. Y es por eso por lo que se instituyó que el día en que se consagraran por primera vez las santas iglesias supradichas, fuera el día en que se encontró la cruz del Señor, para que las fiestas se celebrasen al mismo tiempo y en el mismo día, con toda alegría. Y esto se encuentra en las santas Escrituras que era día de Encenias aquel en que el santo Salomón, después de terminar la casa de Dios que había edificado, se presentó ante el altar de Dios y oró, como está escrito en los libros de los Paralipómenos (Crónicas).
Cuando llegan las fiestas de las Encenias se celebran durante ocho días, pues muchos días antes comienzan a reunirse de todas partes muchedumbres, no solo de monjes y apotactites (ascetas caracterizados por sus ayunos) de diversas provincias, es decir, tanto de Mesopotamia como de Siria, Egipto y Tebaida, donde hay muchos monazontes (monjes), sino también de todos los lugares y provincias; pues no hay ninguno que deje de encaminarse este día a Jerusalén para celebrar tanta alegría y tan solemnes fiestas.
También los seglares, tanto hombres como mujeres de todas las provincias, se reúnen igualmente con ánimo piadoso durante estos días en Jerusalén, para asistir a la sagrada solemnidad. Asimismo en estos días se reúnen en Jerusalén, por lo menos, más de cuarenta o cincuenta obispos, y con ellos acuden muchos de sus clérigos. ¿Y, qué más? Se cree incurrir en gran pecado el que durante estos días no ha participado en una solemnidad tan grande, a no ser que haya tenido un grave impedimento que le haya apartado de su buen propósito. Durante estos días de las Encenias, el ornato de las iglesias es el mismo que en Pascua y Epifanía. El primer día y el segundo se procede en la Iglesia Mayor, que se llama Martirio. Luego, el tercer día, se procede Eleona, es decir, en la iglesia que hay en el monte desde el cual subió el Señor a los cielos después de su pasión, en el interior de cuya iglesia está la gruta en la que el Señor enseñaba a sus Apóstoles en el monte Olivete. El cuarto día…” (interrupción y final del manuscrito de Egeria).
La denominación de la Exaltación de la Cruz deriva probablemente de un rito del cual informa el Leccionario Armenio de Jerusalén (s. V) que se hace el día siguiente a la Dedicación, el día 14 de septiembre. El Leccionario se expresa del modo siguiente: 
“El 13 de septiembre, Dedicación de los santos lugares de Jerusalén… El segundo día [día 14], se hace asamblea en el Santo Martirio y se realiza el mismo canon. Y el mismo día, se muestra la venerable Cruz a toda la asamblea” (cap. 67-68).
Fray Enrique Bermejo Cabrera (De la custodia de Tierra Santa)
Exaltación de la Santa Cruz
EL SÍMBOLO DE NUESTRA SALVACIÓN: EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ
La Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz celebra tres acontecimientos históricos. 
  • El hallazgo del Vera Cruz por Santa Elena, madre del emperador Constantino.
  • La dedicación de iglesias construidas por Constantino en el sitio del Santo Sepulcro y Monte Calvario. 
  • Y la restauración de la Vera Cruz a Jerusalén por el emperador Heraclio II.
Pero en un sentido más profundo, la fiesta celebra la Santa Cruz como el instrumento de nuestra salvación.

Exaltación de la Santa Cruz

Este instrumento de tortura, diseñado para degradar el peor de los criminales, se convirtió en el árbol que da vida.
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Que invierte el pecado original de Adán y Eva cuando comieron del árbol del conocimiento del bien y del mal en el Jardín del Edén.

Nosotros recordamos con mucho cariño y veneración la Santa Cruz porque en ella murió nuestro Redentor Jesucristo. Y con las cinco heridas que allí padeció pagó Cristo nuestras inmensas deudas con Dios y nos consiguió la salvación.

Exaltación de la Santa Cruz
SUCESOS SOBRENATURALES PARA EL DESCUBRIMIENTO DE LA SANTA CRUZ.
Después de la muerte y resurrección de Cristo, las autoridades judías y romanas en Jerusalén hicieron esfuerzos para oscurecer el Santo Sepulcro, la tumba de Cristo en el jardín cerca del lugar de su crucifixión.
La tierra había sido amontonada a lo largo del sitio, y templos paganos se había construido en la parte superior de la misma. La cruz en la que Cristo había muerto había estado oculta (dice la tradición) por las autoridades judías en algún lugar de los alrededores. Según la tradición, mencionada por primera vez por San Cirilo de Jerusalén en el año 348.

En una versión de esta última tradición, las tres cruces fueron llevados a una mujer que estaba cerca de la muerte.
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Cuando tocó la Vera Cruz ella fue sanada.
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En otra, el cuerpo de un hombre muerto fue llevado al lugar donde se encontraron las tres cruces, y lo pusieron sobre cada cruz.
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La Vera Cruz restauró el muerto a la vida.

Santa Elena, llegando al final de su vida, decidió bajo inspiración divina viajar a Jerusalén para excavar el Santo Sepulcro y tratar de localizar la Vera Cruz. Un judío de nombre Judas, consciente de la tradición relativa a la clandestinidad de la Cruz, los llevó a excavar al lugar en el que estaba escondido el Santo Sepulcro.
Tres cruces fueron encontrados en el lugar. Según una tradición, la inscripción Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum (“Jesús de Nazaret, Rey de los Judios”) permaneció unido a la Vera Cruz. Pero de acuerdo con una tradición más común, sin embargo, la inscripción faltaba, y Santa Elena y San Macario, obispo de Jerusalén, suponiendo que se trataba de la Vera Cruz y de las que pertenecían a los ladrones crucificados junto con Cristo, ideó un experimento para determinar que era la Vera Cruz.
Exaltación de la Santa Cruz
RECUPERACIÓN DE LA SANTA CRUZ
Como dijimos, hacia el año 320 la Emperatriz Elena de Constantinopla encontró la Vera Cruz, la cruz en que murió Nuestro Señor Jesucristo. La Emperatriz y su hijo Constantino hicieron construir en el sitio del descubrimiento la Basílica del Santo Sepulcro, en el que guardaron la reliquia. Le pusieron por nombre la basílica de la “Resurrección”. La consagraron el 14 de septiembre. Como consecuencia, este día se eligió para celebrar la fiesta que se llama la “Exaltación de la preciosa y vivificadora Cruz”. El rey Cosroes II de Persia, en el año 614 invadió y conquistó Jerusalén y se llevó la Cruz, poniéndola bajo los pies de su trono como signo de su desprecio por el cristianismo.

Pero en el 628 el emperador Heraclio logró derrotarlo, recuperó la Cruz y la llevó de nuevo a Jerusalén el 14 de septiembre de ese mismo año.
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Desde entonces, ese día quedó señalado en los calendarios litúrgicos como el de la Exaltación de la Vera Cruz.

Al llegar de nuevo la Santa Cruz a Jerusalén, el emperador dispuso acompañarla en solemne procesión, pero vestido con todos los lujosos ornamentos reales. Y de pronto se dio cuenta de que no era capaz de avanzar. Entonces el Arzobispo de Jerusalén, Zacarías, le dijo:
“Es que todo ese lujo de vestidos que lleva están en desacuerdo con el aspecto humilde y doloroso de Cristo, cuando iba cargando la cruz por estas calles”.

La Santa Cruz (para evitar nuevos robos) fue partida en varios pedazos.
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Uno fue llevado a Roma, otro a Constantinopla, un tercero se dejó en un hermoso cofre de plata en Jerusalén.
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Otro se partió en pequeñísimas astillas para repartirlas en diversas iglesias del mundo entero, que se llamaron “Veracruz” (verdadera cruz).

Entonces el emperador se despojó de su manto de lujo y de su corona de oro, y descalzo, empezó a recorrer así las calles y pudo seguir en la piadosa procesión. Los fragmentos de la santa Cruz se encontraban en el cofre de plata que se habían llevado los persas.
Y cuando el patriarca y los clérigos abrieron el cofre, todos los fieles veneraron las reliquias con mucho fervor, incluso, se produjeron muchos milagros.
Exaltación de la Santa Cruz
LAS FIESTAS DE LA SANTA CRUZ

La fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz es de origen palestino y tiene resabios de ese origen local.
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El 14 de septiembre, se exponía y veneraba la Santa Cruz para que los fieles pudieran satisfacer su devoción.

Un obispo subía a una tribuna ricamente adornada, y después de haber venerado el santo madero, lo levantaba (exaltaba) y lo mostraba al pueblo arrodillado. A esta ceremonia se la denominó “Exaltación de la Santa Cruz”. 
Esta fiesta era ya celebrada en Constantinopla en tiempos de san Juan Crisóstomo († 407).
Siendo el primer testimonio de una reliquia de la cruz venerada en Jerusalén el que se conserva de San Cirilo de Jerusalén en su primera catequesis mistagógica pronunciada hacia el año 348.
Esta fiesta está enraizada con el día de la Expiación:
”El décimo día de este séptimo mes será el día de la Expiación, en el que ofreceréis durante siete días la fiesta de las Tiendas en honor del Señor. Durante siete días habitaréis en cabañas” (Levítico 23).
En España el mayor trozo de la cruz de Cristo se conserva en el santuario de Santo Toribio de Liébana, en plenos Picos de Europa.
Traído en tiempos de don Alonso I el Católico, Rey de Asturias y yerno del Rey don Pelayo, por el mismo Santo Toribio, obispo de Astorga, desde Jerusalén.
Y que fue muy venerada por los peregrinos venidos de todas partes en los Años Santos Lebaniegos.
Exaltación de la Santa Cruz
En el siglo XI y según los lugares, tenía la misma consideración que las fiestas privilegiadas de algunos Apóstoles, la de san Miguel o la de la Circuncisión.
Las Iglesias galicanas no conocían esta fiesta, pero celebraban otra en honor de la Santa Cruz, con idéntico fin, el día 3 de mayo.
Al principio esta fiesta no era fija, pues caía en primavera entre la octava de Pascua y los días de las Rogativas y se conocía con el nombre de “Invención de la Santa Cruz”.
Uno de los testimonios más antiguos de esta fiesta, con el nombre de Dies Sanctae Crucis, es el Leccionario de Silos, escrito hacia el año 650.
En España se celebra desde tiempo inmemorial, el día 3 de mayo, la fiesta de la Invención de la Santa Cruz, con la denominación de La Cruz de Mayo.
Es de carácter popular, celebrándose en las distintas regiones con ritos especiales en los que el elemento principal son las flores. En los calendarios litúrgicos mozárabes sólo aparece la fiesta del 3 de mayo con el título de “Inventio Sanctae Crucis”.

Icono Bizantino de Santa Elena y el Emperador Constantino
ENTRE LOS ORTODOXOS

Los Ortodoxos festejan esta fiesta también el 14 de septiembre.

El tropario de la fiesta era, se podría decir, como el himno nacional que se cantaba en todas ocasiones públicas de los Imperios Cristianos de Bizancio y de Rusia.
Originalmente rogaba a Dios a salvar al pueblo, concederles la victoria en las guerras, y a conservar el Imperio “por el poder de la Santa Cruz.”
Sin embargo, hoy en día, este tropario tal como todos los demás himnos del día son “espiritualizados”.
Los “enemigos” ahora se refieren a los espiritualmente malos, incluyendo al demonio y todas las fuerzas del mal.
Exaltación de la Santa Cruz
Y en lugar de pedir por los gobernantes del estado individualmente, se pide ahora por todos los “cristianos ortodoxos,” y el mundo entero.
Himno de la Cruz – Salva, oh Señor, a Tu Pueblo, y bendice a Tu Heredad. Concede a Tu Iglesia la victoria sobre sus enemigos. Y protege al mundo por Tu Santa Cruz.
Kontakion – Oh Tú que, por Tu propia Voluntad, fuiste levantado sobre la Cruz, concede Tu Compasión a Tu pueblo nuevo, llamado por Tu Nombre, Oh Cristo Dios. Alegra Con Tu Poder a nuestros files gobernantes, dándoles victoria sobre sus enemigos; Que les sea Tu Cruz un arma de paz y una victoria invencible.
La fiesta de la Elevación de la Santa Cruz, a pesar de que obviamente tuvo un origen político, goza hoy de gran significado en la Iglesia. Es un día de ayuno y de oración.

Exaltación de la Santa Cruz
TESTIMONIOS
A San Antonio Abad (año 300, fiesta el 17 de enero) le sucedió que el demonio lo atacaba con terribilísimas tentaciones y cuentan que un día, angustiado por tantos ataques, se le ocurrió hacerse la señal de la Cruz, y el demonio se alejó.
En adelante cada vez que le llegaban los ataques diabólicos, el santo hacía la señal de la cruz y el enemigo huía. Y dicen que entonces empezó la costumbre de hacer la señal de la cruz para librarse de males. De una gran santa se narra que empezaron a llegarle espantosas tentaciones de tristeza. Por todo se disgustaba.
Consultó con su director espiritual y este le dijo:
Si Usted no está enferma del cuerpo, ésta tristeza es una tentación del demonio”.
Le recomendó la frase del libro del Eclesiástico en la S. Biblia:
“La tristeza no produce ningún fruto bueno”.
Y le aconsejó:
“Cada vez que le llegue la tristeza, haga muy devotamente la señal de la cruz”.
La santa empezó a notar que con la señal de la cruz se le alejaba el espíritu de tristeza.
Cuando Nuestra Señora se le apareció por primera vez a Santa Bernardita en Lourdes (Año 1859), la niña al ver a la Virgen quiso hacerse la señal de la cruz. Pero cuando llegó con los dedos frente a la cara, se le quedó paralizada la mano. La Virgen entonces hizo Ella la señal de la cruz muy despacio desde la frente hasta el pecho, y desde el hombro izquierdo hasta el derecho. Y tan pronto como la Madre de Dios terminó de hacerse la señal de la cruz, a la niña se le soltó la mano y ya pudo hacerla ella también. Y con esto entendió que Nuestra Señora le había querido dar una lección: que es necesario santiguarnos más despacio y con más devoción.

Exaltación de la Santa Cruz
EL SIGNO DE LA CRUZ
La cruz es la manifestación suprema del amor de Dios que en ella murió para salvarnos.
La cruz es el poder de Dios para vencer el pecado, forma de vida esencial para el verdadero cristiano. Por amor, aplicamos el poder de la cruz, crucificando todo pecado y tendencia contraria al amor de Dios.

La Cruz es el símbolo primordial de los cristianos y es uno de los pocos símbolos generalmente aceptados por todas las confesiones cristianas.

Exaltación de la Santa Cruz
Durante los tres primeros siglos del cristianismo quizás no se utilizó mucho el signo visible de la cruz entre los cristianos. Hay que entender que la Iglesia era perseguida y la cruz era para la cultura pagana signo de castigo, de derrota y de mal. Por eso los cristianos utilizaban otras figuras como la del Buen Pastor, el pez, el ancla, la paloma, tal como vemos en las catacumbas de Roma. Pero sería falso decir que los cristianos de los primeros siglos rechazaban la cruz. Al contrario, la llevaban siempre en su corazón.
Ya desde las Sagradas Escrituras era signo primordial del cristiano. A partir del siglo IV la cruz ha sido el símbolo por excelencia para representar a Cristo y su misterio de Salvación.
Desde el sueño del emperador Constantino en el año 312 (“con esta señal vencerás”), el cual precedió a su victoria en el puente Milvio, y el descubrimiento de la verdadera Cruz de Cristo, en Jerusalén, por la madre del mismo emperador, Santa Elena, el signo de la cruz se propagó.

Las primeras representaciones pictóricas o esculturales de la Cruz ofrecen a un Cristo Glorioso, con túnica larga, con corona real.
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Está en la Cruz, pero como vencedor, el Resucitado. 

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Era necesario que fuese así para enseñar que la cruz es la victoria.

Exaltación de la Santa Cruz
En la Edad Media se hizo necesario enseñar mas sobre la humanidad de Cristo y el valor de Su sufrimiento y del nuestro unido a Él. Se le representará en su estado de sufrimiento y dolor como lo conocemos hoy día. La Cruz resume toda la teología sobre Dios, sobre el misterio de la salvación en Cristo, sobre la vida cristiana. La Cruz nos representa a un Dios trascendente, pero cercano. Un Dios que ha querido vencer el mal con su propio dolor.
Un Cristo que es Juez y Señor, pero a la vez Siervo, que ha querido llegar a la total entrega de sí mismo, como imagen del amor y de la condescendencia de Dios.
Un Cristo que en su Pascua ha dado al mundo la reconciliación y la Nueva Alianza entre la humanidad y Dios.

La Cruz ilumina toda nuestra vida. Nos da esperanza. Nos enseña el camino..
Nos asegura la victoria de Cristo, a través de la renuncia a sí mismo.
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Y nos compromete a seguir el mismo estilo de vida para llegar a participar en el cielo de la vida del Resucitado.

La Cruz, que para los Judíos era escándalo y para los griegos necedad (Cf. 1Cor 1,18-23), que escandalizó también a los discípulos de Jesús, se ha convertido en nuestro mejor símbolo de victoria y esperanza, en nuestro más seguro signo de salvación y de gloria
Exaltación de la Santa Cruz
Fuente:
http://www.iglesia.org/santos/item/851-la-exaltaci%C3%B3n-de-la-santa-cruz
http://forosdelavirgen.org/9838/exaltacion-de-la-santa-cruz-universal-14-de-septiembre/

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